Ya lo decía Maslow en su teoría sobre la pirámide de necesidades o jerarquía de las necesidades humanas, que hace que, mientras no tengamos cubiertas las necesidades más básicas o inferiores no intentaremos cubrir las necesidades de capas superiores.
Primero están las necesidades fisiológicas relacionadas con la supervivencia (respirar, alimentarse..). Estas necesidades son muy fáciles de detectar. El cuerpo nos indica cuando necesitamos alimentarnos, beber, ir al baño, descansar,.. y lo hace a través de unas señales o sensaciones que todos conocemos perfectamente, la sensación de sed, de hambre, de sueño,.. son sensaciones no demasiado cómodas de sentir, pero que todos hemos asumido como necesarias para nuestra supervivencia y bienestar. No es cómodo tener sed y no poder beber porque estamos en una reunión de trabajo, o tener hambre (con ruidos de nuestras tripas incluidos) y no poder comer en ese momento.
También es cierto que, y eso lo hemos experimentado todos, si no comemos o bebemos en ese momento, al cabo de un rato esa sensación desaparece, llegando a veces a olvidarnos de cubrir esa necesidad lo antes posible. Imagino que el organismo entiende que nosotros hemos recibido la señal de esa necesidad y que, si no la cubrimos, no podemos hacerlo. Así que no tiene sentido que sigamos sufriendo por algo que ya sabemos pero no podemos remediar. Así que esas señales desaparecen, cubramos la necesidad o no. Aunque si no lo hacemos esa necesidad sigue existiendo.
Pues yo pienso que algo parecido nos pasa con las emociones. Son señales de necesidades que debemos cubrir. Por ejemplo, si yo discuto con mi madre y una vez alejada de esa situación siento que estoy enfadada, mi necesidad a cubrir es que mi madre me pida disculpas porque considero que me ha hecho daño, o ha dicho algo en lo que no estoy de acuerdo o no me parece justo. Pero si, por el contrario, me siento culpable en esa situación, seguramente lo que necesite sea pedirle yo disculpas a mi madre porque considero que me he pasado, le he hecho daño o he dicho algo inadecuado.
En ambos casos las necesidades son distintas, en una estoy enfadada y en otra me siento culpable. Son sensaciones diferentes para cubrir necesidades diferentes. Por eso es importante poder identificar correctamente las emociones, porque podemos equivocarnos y no cubrir una determinada necesidad.
Eso es l o que ocurre, por ejemplo, si yo después de esa discusión me paso varios días sin hablarme con mi madre. Tarde o temprano esas sensaciones (culpa o ira) desaparecerán, dejarán de molestarme, pero no he hecho nada para cubrir esa necesidad. Como ocurre con el hambre o la sed, la sensación desaparece pero la necesidad permanece. Pero en ambos casos deja de molestarme.
Es por eso que en muchas ocasiones no resolvemos la situación o no aclaramos un problema con otra persona, simplemente esperamos que las sensaciones desaparezcan. La sensación desaparece, pero la necesidad no. Si esto sucede con cierta frecuencia, porque se convierte en nuestra forma habitual de afrontar los problemas, estamos cargándonos con una mochila demasiado pesada, y esa mochila, tarde o temprano, pesará demasiado para poder con ella.
Y ahí surgirá un problema. Nos sentiremos solos, incomprendidos y saturados de emociones que no sabremos manejar. En una palabra: Desbordados emocionalmente.